Una obra maestra arquitectónica
Cuando Hans J. Wegner presentó el diseño de la CH07 Shell Chair en 1963, a muchos críticos les encantó el aspecto vanguardista, pero el público en general se mostró reacio a aceptar su expresión distintiva. Las revisiones mixtas en la década de 1960 junto con las técnicas de producción menos desarrolladas de la época, dieron como resultado una producción muy limitada. Cuando Carl Hansen y Søn reintrodujeron la silla Shell en 1998, se ganó una gran admiración pública casi de inmediato debido al interés de una nueva generación.
La ligereza flotante del diseño se logra a través de su asiento en forma de ala y respaldo curvo sostenido por un marco con tres patas arqueadas. El asiento y el respaldo característicos de la silla se crean a partir de una chapa tapizada y prensada que acuna al usuario con generosa comodidad. Las patas laminadas de la silla están hechas de varias capas de chapa, y las dos patas delanteras están hechas de un solo elemento, lo que da como resultado una forma única y estable.
La silla Shell es una clara manifestación de la creencia de Wegner de que una silla siempre debe ser cómoda, sin respaldo y debe ser hermosa desde todos los lados y ángulos.